Papa Francisco: «IA tiene una influencia perturbadora para la paz»

«La inteligencia artificial es y debe seguir siendo una herramienta en manos del hombre. ¿Estamos seguros de querer seguir llamando ‘inteligencia’ a lo que no lo es?». El Papa Francisco volvió sobre el tema de la Inteligencia Artificial (IA) dirigiéndose a los participantes en la Conferencia Internacional de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice que este 22 de junio concluye sus trabajos sobre el desafiante tema de la «Inteligencia Artificial Generativa y el Paradigma Tecnocrático: cómo promover el bienestar de la humanidad, el cuidado de la naturaleza y un mundo de paz».

El Papa se centra en la cuestión del AI

Francisco vuelve a un tema sobre el que ha hablado en varias ocasiones, la última en su discurso al G7 en Apulia, y anteriormente escribiendo sobre él en la Laudato si’, en la Laudate Deum y en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año porque, explicó: «La AI tiene una influencia perturbadora en la economía y en la sociedad y puede tener repercusiones negativas en la calidad de vida, en las relaciones entre las personas y entre los países, en la estabilidad internacional y en la casa común». Así pues, el Papa manifestó su satisfacción por la elección que hizo la Fundación.

“Aprecio que la Centesimus Annus haya dedicado un amplio espacio a este tema, implicando a estudiosos y expertos de diferentes países y disciplinas, analizando las oportunidades y los riesgos asociados al desarrollo y a la utilización de la IA, con un enfoque transversal y sobre todo con una mirada antropocéntrica, y siendo conscientes del peligro de un reforzamiento del paradigma tecnocrático”.

Preocupa un posible fortalecimiento de la tecnocracia

En particular, el Papa destacó favorablemente la elección de un enfoque multidisciplinar de la IA, esencial para comprender todos sus aspectos. Por ello, reiteró «la necesidad de un desarrollo ético de los algoritmos en el que los valores guíen los caminos de las nuevas tecnologías», subrayando que la IA, como otras «herramientas clave» creadas por el hombre, «es y debe seguir siendo una herramienta» en sus manos. Francisco hizo hincapié en el poder transformador de la IA tanto positiva como negativamente.

En este segundo sentido, la IA podría reforzar el paradigma tecnocrático y la cultura del despilfarro, la disparidad entre naciones avanzadas y en desarrollo, la delegación en las máquinas de decisiones esenciales para la vida humana.

Preguntémonos: ¿es esto lo que queremos?

Con ocasión de la reciente reunión del G7, el Papa recordó que por ello había invitado «a la política a tomar medidas concretas para gobernar el proceso tecnológico en curso en la dirección de la fraternidad universal y de la paz».

A continuación, citó a Stephen Hawking, el conocido cosmólogo, físico y matemático, que sostenía en una entrevista a la BBC que «el desarrollo de la IA completa podría significar el fin de la raza humana». Así que el Pontífice se preguntó: «¿Es esto lo que queremos?».

La pregunta básica que hay que hacerse es la siguiente: ¿para qué sirve la IA? ¿Sirve para satisfacer las necesidades de la humanidad, para mejorar el bienestar y el desarrollo integral de las personas, o sirve para enriquecer y aumentar el ya elevado poder de unos pocos gigantes tecnológicos a pesar de los peligros que entraña para la humanidad? Y esta es la pregunta básica.

Para que la IA sea beneficiosa para la humanidad, es necesario establecer criterios para su desarrollo, y en este sentido el Papa sugirió algunos puntos de reflexión que cuestionan «diversas ramas de la filosofía y del derecho, así como disciplinas más específicas». Se centran en el sentido de la responsabilidad, en una «regulación eficaz», en el papel del mundo de la educación y la comunicación «para aumentar el conocimiento y la conciencia de cómo utilizar correctamente la IA» y cómo transmitirla a los jóvenes.

A continuación, prosiguió el Santo Padre, deben examinarse las cuestiones del trabajo, la seguridad y los efectos sobre la «capacidad relacional y cognitiva» de las personas, sin olvidar el problema del gran consumo de energía que requiere la IA.

“Queridos amigos, es en el frente de la innovación tecnológica donde se jugará el futuro de la economía, de la civilización, de la propia humanidad. No debemos perder la oportunidad de pensar y actuar de un modo nuevo, con la mente, el corazón y las manos, para orientar la innovación hacia una configuración centrada en la primacía de la dignidad humana. Esto no debe discutirse”.

La provocación de Francisco

Es por todo esto que Francisco espera que el compromiso de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice continúe con valentía, como a través del lanzamiento del segundo proyecto conjunto de investigación entre la Fundación y la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación (SACRU), y dijo: «¡Por favor, manténganme informado al respecto!»

La conclusión de su discurso es deliberadamente «una provocación»:

“¿Estamos seguros de que queremos seguir llamando ‘inteligencia’ a lo que no lo es? Es una provocación. Reflexionemos sobre ello, y preguntémonos si el mal uso de esta palabra tan importante, tan humana, no es ya una rendición al poder tecnocrático”.

Información de: Nota de Prensa