En pleno corazón de Barquisimeto, en la concurrida calle 32, se despliega una escena que afecta tanto a los residentes como a los comerciantes del mercado El Manteco. La anarquía y la problemática de las aguas servidas han alcanzado niveles críticos, generando un caldo de cultivo para enfermedades y desesperación.
Calles Cerradas y Comercios en Riesgo
Las calles, antes transitadas por vehículos y peatones, ahora están cerradas debido a la acumulación de aguas servidas. Los huecos en el pavimento, agravados por la falta de mantenimiento, se han convertido en verdaderos charcos de contaminación. Los comercios, desesperados por mantener sus puertas abiertas, han colocado su mercancía en las aceras, exponiéndola al riesgo de contaminación.
El Silencio de las Autoridades
Los vecinos de la comunidad 32 llevan más de dos décadas lidiando con esta problemática. Juan Carlos Pedraña, residente, denunció que viven en condiciones precarias debido a las aguas servidas. Sin embargo, las autoridades parecen haber dado la espalda a esta situación. Las llamadas, los reclamos y las peticiones de solución han caído en oídos sordos, dejando a la comunidad en un estado de abandono.
Impacto en la Salud y el Medio Ambiente
Las aguas servidas no solo afectan la calidad de vida de los habitantes, sino también el medio ambiente. Cuando estas aguas se vierten sin tratamiento adecuado en ríos, lagos o mares, contaminan el agua y dañan los ecosistemas acuáticos¹. Las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la hepatitis, se propagan rápidamente en estas condiciones insalubres.
Un Llamado a la Acción
Es urgente que las autoridades tomen medidas para resolver esta crisis. La salud y el bienestar de la comunidad están en juego. La anarquía y la falta de gestión en el manejo de las aguas servidas deben ser abordadas de manera inmediata. Los vecinos de la calle 32 merecen vivir en un entorno limpio y seguro, donde no tengan que temer por su salud ni por el futuro de sus negocios.
DO Noticias Barquisimeto / Nota de Prensa
