Exactamente 24 horas duró con vida Néstor Daniel Rodríguez Mateo, de 19 años de edad. El joven estaba en el área de cirugía de hombres en el Hospital Central Antonio María Pineda y falleció a las 5 de la mañana de ayer.
Sentada debajo de un árbol en la morgue, se encontraba Dulce Rodríguez, de contextura delgada y morena. Tenía sus parpados hinchados, mientras comienza a conversar de su hijo, se agarra la punta de las trenzas que tiene en su cabello y se la soba constantemente con sus dedos. Comentó que es primera vez que atraviesan por está situación, lamenta la muerte de su hijo, quien era el mayor de cuatro hermanos.
Rodríguez Mateo fue baleado por unos delincuentes, a las 5 de la mañana del miércoles, cuando se encontraba en el barrio 19 de Abril de Tamaca, zona norte de Barquisimeto y fue auxiliado por un vecino del lugar quien lo trasladó hasta el ambulatorio y de allí fue referido al Hospital Central. Desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la mañana duró su intervención quirúrgica, un disparo en el estómago lo mantenía convaleciente. Fueron varios órganos los afectados pues el impacto fue realizado con una escopeta.
Rodríguez Mateo no contó nada de lo sucedido, solo le daba la mano a su madre y le dijo en varias ocasiones “mami, te amo”. Tras permanecer 24 horas con vida falleció.
Sobre lo ocurrido Dulce Rodríguez cuenta que su hijo se había quedado en casa de una amiga donde habían estado compartiendo una noche anterior, había preferido no regresar a casa por la inseguridad de la zona, pero una vez se levantó, agarró su morral y se dispuso a ir a su casa, ubicada en la zona 6C del urbanismo Alí Primera, en donde residía desde hace dos años.
En lo que salió fue interceptado por sujetos desconocidos que lo despojaron de su bolso y le dispararon, su madre no sabe con certeza que llevaba dentro del morral, pero si sabe que cargaba dinero consigo, pues el miércoles habría cobrado dinero de la mercancía que le debían.
La víctima fatal solía administrar un puestico en el mismo urbanismo donde vivía y allí vendía panes, café y en ocasiones caraotas, así mismo las llevaba a casa de sus amigos que se las encargaban. Indica que el joven frecuentaba el 19 de Abril, porque contaba con muchos conocidos porque allí residían con anterioridad.
Sobre la zona comentó que era un lugar bastante oscuro y además carece de patrullaje.
“Esto se lo dejo en manos de Dios, es el único que tomará su decisión”, finalizó la mujer, quien baja su mirada.
Las investigaciones sobre la muerte de Rodríguez Mateo, están en manos del Eje de Homicidios Lara, quienes iniciaron la misma desde el día de ayer, una vez tuvieron conocimiento del fallecimiento de la víctima.
Nota de: El Impulso