La abuelita de 100 años que revela su secreto de vida

Barquisimeto es una ciudad llena de tradiciones e historias, adentrándonos a sus calles en Pueblo Nuevo, vive una mujer extraordinaria que ha sido testigo de un siglo de cambios, la señora Tita María Figueroa de Meléndez, esta abuelita centenaria, que es un tesoro viviente, con el amor que le caracteriza nos abrió las puertas de su hogar y de su memoria y nos compartió el secreto de su longevidad.

Nacida en la parroquia Camacaro del Municipio Torres, Tita María ha sido testigo de un siglo de transformaciones. «Nací el 6 de febrero del año 1925 en Río Tocuyo, en un campo por allá y mi mamá murió cuando nací; soy la menor de 7 hermanos», comentó la abuelita al equipo de Noticias Barquisimeto.

Criada en el campo, aprendió desde joven los valores del trabajo y la familia. A pesar de perder a su madre al nacer, creció rodeada del cariño de sus hermanos y desarrolló una fortaleza que la acompaña hasta hoy. «Trabajé en un campo que le llamaban El Orégano, ahí arriba chivos».

Amor, familia y fe

El amor ha sido el pilar fundamental de su vida. Su matrimonio, que duró más de siete décadas, fue un ejemplo de unión y compañerismo. Hoy, rodeada de sus 12 hijos, 24 nietos, 49 bisnietos y 4 tataranietos, Tita María disfruta de los frutos de su amor.

Rondando los 20 años conoció a quien sería su esposo hasta el año 2013, cuando falleció a sus 93 años, «el llegó por allá de visita con la policía, trabajaba para el gobierno, y en ese momento dije ¡ay ese señor si es feo!» recuerda entre risas la abuelita, «pero me enamoré, y nos vinimos a Barquisimeto, el gracias a Dios pudo comprar un terrenito y aquí construimos nuestro hogar».

Tita Figueroa y su esposo Alberto Meléndez

«En estos 100 años le agradezco al señor, porque me ha dado una vida feliz con mis hijos», resalta que le gusta estar acompañada de sus hijos y nietos, «uno en familia vive feliz».

Tita aun con sus 100 años de edad, se levanta todas las mañanas y anda por ahí «con mis nietos, (ellos se portan muy bien)… comenta la abuelita, otra de las cosas que aún le gusta hacer es cocinar, «pero estas no me dejan», entre risas señala a sus hijas, «ahora lo que hago es picar los aliños, y me gusta hacer arepas, el señor me da mucha voluntad para hacer todo eso».

Tita María junto a sus hijas

«Nosotros como familia estamos muy orgullosos de ella»

Maryoris Figueroa es la primera nieta de Tita, ella la describe como una mujer excepcional, caracterizada por su humildad, sencillez y generosidad. Su hogar siempre ha sido un espacio abierto para todos, donde reina la calidez y la solidaridad. Su fe en Dios es un pilar fundamental en su vida, y dedica tiempo cada domingo a orar por su familia.

«Tenerla es para nosotros una bendición, el señor le ha permitido llegar a esta edad, a la que muy pocos llegan, nosotros como familia estamos muy orgullosos de ella porque es una mujer que la caracteriza su humildad, su sencillez, las puertas de su casa siempre han estado abiertas, siempre dispuesta a ayudar y a dar una arepita si tiene hambre».

Los recuerdos de Maryoris sobre su infancia junto a su abuela son tiernos y reveladores. Trabajar en la fábrica de bocadillos no solo fue una experiencia laboral, sino una oportunidad para fortalecer su vínculo y aprender de primera mano los valores de Tita María.

Su fe en Dios es inquebrantable. Asiste a misa cada domingo y encuentra en la oración una fuente de paz y fortaleza.

Tita en la fábrica de bocadillos

Albertina Meléndez, su sexta hija, enfatiza la vitalidad y alegría de su madre. «ella es una mujer con mucha vitalidad, sana, con mucha fortaleza y alegra, con esa memoria mejor que la mía, yo le pido mucho al señor y le digo que ella es mi compañera, mi amiga».

«Así como ella me cuidó de pequeñita ahora la cuido a ella, ella me hace reír con sus cosas, tiene su lado jocoso. Tengo muchos recuerdos felices con mi mamá, hablando con mi hermana nos pusimos a pensar en que mi mamá nunca nos dio un regaño, era una mamá muy amorosa», agrega Albertina.

Tita en la celebración de sus 100 años el 06 de febrero del 2025

El secreto de la longevidad

Al preguntarle por el secreto de su larga vida, Tita María responde con una sonrisa: «Mi secreto es seguir adelante y seguir dando ejemplo. Que se porten bien como he sido yo, a mí no me gusta ver peleas, ni nada de eso. Sean felices y ámense mucho como familia».

Tita María Figueroa de Meléndez es más que una centenaria, es un símbolo de esperanza y perseverancia. Su historia nos inspira a valorar la vida, la familia y los pequeños momentos. En un mundo acelerado, su ejemplo nos recuerda la importancia de cultivar relaciones auténticas y vivir con propósito.

Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto