Tradición, disponibilidad, facilidad y precio son las razones que explican el uso de la madera en EEUU.
¿Por qué un país desarrollado como Estados Unidos, potencia del mundo desde los inicios del siglo XX, sigue construyendo la mayoría de sus casa con madera? Del mismo modo que la propiedad y uso de las armas de fuego es algo innegociable para la mayoría de los estadounidenses, levantar las casas con madera parece algo intrínseco al hecho mismo de ser ciudadano de los EEUU.
Leer También: Asesinato de la joven Laken Riley a manos de un venezolano inspiró una ley para deportar a migrantes irregulares en EE.UU.
Y no es algo del pasado: en las ciudades estadounidenses se sigue construyendo mayoritariamente con madera (por eso el fuego arrasa Los Ángeles con pasmosa facikidad). Según datos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, el 90% de las viviendas acabadas en 2019 tenían estructura de madera. Hay varias razones que explican por qué en EEUU las casas son de madera, pero la base está en el propio nacimiento del país; en cómo se constituyó la propia nación.
Los primeros colonos europeos que llegaron a la costa oriental de la América del Norte comenzaron a construir con madera porque era lo que había. En un país que echaba a andar y estaba rodeado de enormes bosques, la elección de la madera parecía la más lógica. Además, muchos de esos pioneros provenían de pequeñas aldeas europeas donde cada uno se construía su propia casa con madera o de lugares donde triunfaba el estilo victoriano, que utilizaba la madera como base.
El nacimiento de una nación
Pero hay un segundo elemento que explica el éxito de la madera para levantar viviendas y por lo tanto la continuidad de su uso. Cuando EEUU tomó forma como nación estaba compuesto por 13 estados, pero era un país que se estaba haciendo, que se expandía, que no dejaba de crecer hacia el Oeste.
Ese crecimiento hacia lo desconocido, hacia nuevas tierras y territorios, creó esa inquebrantable relación con las armas de fuego, que eran el instrumento que daba alguna posibilidad ante los peligros que acechaban. Pero del mismo modo, ese avance hacia el Oeste que tan bien nos han contado los western de Hollywood, hizo que las casas no tuvieran un carácter permanente.
La vivienda no era para siempre; duraba lo que duraba porque la vida de muchos se movía al tiempo que lo hacían las fronteras del país. Las casas eran un bien pasajero y, en cambio, la tierra tenía mucho más valor. Las tierras sí eran permanentes.
Podría parecer que esa movilidad fue un fenómeno propio del siglo XIX, pero no. Del mismo modo que las armas siguen impregnando la vida diaria de los norteamericanos, el cambio de vivienda es también una constante. En Europa guardamos más fidelidad al lugar en el que nacemos, pero en EEUU una familia puede cambiar de casa hasta en cinco ocasiones a lo largo de su vida. Siendo así lo que se busca es un procedimiento de construcción rápido y barato: la madera.
Disponibilidad y bajo coste
EEUU es un país enorme; es el cuarto más gran del mundo, tras Rusia, Canadá y China. Tiene enormes cantidades de recursos naturales, también de bosques. Antes de que llegaran los colonos europeos, se calcula que los bosques de Norteamérica cubrían casi 4.000.000 de kilómetros cuadrados. Desde mediados del siglo XVII, se han talado 1.200.000 kilómetros cuadrados de bosque, principalmente en el siglo XIX y para la agricultura.
En 2005, según la FAO, era el séptimo país con más bosques primario. A partir de 2016, aproximadamente el 36,21% (alrededor de un tercio del país) está cubierto de bosques. Eso equivale hoy a algo más de 3.300.000 kilómetros cuadrados. De modo que sí, la madera es un material de fácil acceso y transporte. Mucha y barata. Construir con madera en EEUU es barato. Y de paso se consume producto nacional (argumento que mueve a muchos y no sólo a los votantes republicanos).
Construir casas de madera es más barato que hacerlo con cemento y ladrillo, pero también más rápido. Según Homelyville, el proceso de construcción durará unos diez días en lugar de varias semanas. Además, el proceso de secado es más rápido, de modo que fontaneros, pintores y electricistas pueden empezar a trabajar dentro de la casa mucho antes.
Esa casa de madera puede ser única o modular y puede que incluso el propietario sea capaz de levantarla. A eso ayuda la técnica del entramado de madera, conocida como platform frame o balloon-frame. Incluso el proveedor puede construir toda la casa en una fábrica y luego trasladarla.
mpuestos y eficiencia energética
El dinero manda y eso también hace que a la hora de elegir vivienda se tengan en cuenta los impuestos. Por una casa construida con madera se pagan menos impuestos que por una de cemento y ladrillo.
Además, la madera es más eficiente en términos energéticos que el acero y el hormigón. Es un gran aislante térmico y tiene poca energía incorporada. Como consecuencia, los edificios hechos de madera se mantienen suficientemente calientes incluso durante las noches más frías. Las paredes de madera también tiene la capacidad de absorber la humedad y aíslan el ruido.
Por todo ello no debe sorprender que el país de Joe Biden (que desde este 20 de enero será el de Donald Trump) utilice más productos forestales que cualquier otro. Puede achacarse a la madera que es un material vulnerable ante desastres naturales como huracanes e incendios, pero tiene grandes ventajas.
La madera es mucho más flexible que el hormigón o el ladrillo y por eso puede resistir sismos de baja intensidad. Además, para afrontar tornados u otros fenómenos muchas de esa casas tienen sótanos de ladrillo como refugio (como tantas veces nos han mostrado películas y series).
Hender «Vivo» González
Con información de 20minutos.com