¡Adiós Año Viejo! La divertida y profunda Tradición de Quemar el Año Viejo en Venezuela

La Nochevieja en Venezuela no solo es una fiesta llena de música y baile, sino que también incluye una tradición muy peculiar y significativa: la quema del «año viejo». Este ritual, lleno de simbolismo, marca el fin de un ciclo y abre las puertas a un nuevo comienzo lleno de esperanza.

La tradición de quemar el popular «año viejo» tiene sus raíces en Ecuador, influenciada por la colonización española. Este muñeco representativo, relleno de materiales como periódicos, pólvora y ropa usada, simboliza la despedida del año que termina y es un fiel reflejo de otras prácticas de Año Nuevo como el recorrido con una maleta para atraer viajes, el consumo de las doce uvas a la medianoche y llevar lentejas en los bolsillos para la prosperidad.

Odi González, profesor de estudios latinoamericanos y andinos de la Universidad de Nueva York, explica que el año viejo adquiere la forma de un humano y se viste a menudo con indumentaria vieja del creador o de sus parientes. La tradición tiene antecedentes en celebraciones ancestrales, como la fiesta del fuego de la Grecia Clásica, donde los gobernantes eran incinerados al finalizar sus reinados. Eventualmente, esta práctica evolucionó hacia la incineración simbólica de representaciones de los monarcas.

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Aunque la quema del año viejo es relevante en varios países de Latinoamérica, es especialmente destacada en Ecuador, donde se mantiene viva como un símbolo de purificación y renovación para el nuevo año. En Colombia, la tradición ha pasado por una renovación debido a la Ley 2224 de 2022, que prohíbe el uso de pólvora y elementos pirotécnicos en los muñecos quemados durante la celebración.

Estos muñecos de trapo y paja, incinerados a la medianoche para marcar el fin de año, simbolizan la purificación y el desprendimiento de las malas energías acumuladas durante el año. Además, representan figuras públicas de la política, el espectáculo o el deporte, y suelen estar acompañados de una botella de licor y un “testamento” en tono humorístico que refleja los sucesos del año y recomendaciones para el nuevo ciclo.

Pese a las regulaciones, la quema del año viejo sigue siendo un momento central en las festividades, ofreciendo un simbólico adiós a los momentos difíciles y la bienvenida de un nuevo año lleno de esperanzas y posibilidades. Las multas por el uso indebido de pólvora han aumentado, llegando hasta $300 millones en casos graves, pero esto no ha frenado la creatividad y el entusiasmo de quienes mantienen viva esta tradición.

Mientras el mundo adopta diversas tradiciones para dar la bienvenida al nuevo año, América Latina sobresale con sus muñecos de Año Viejo, ofreciendo una fascinante mirada al pasado precolombino y colonial de la región, y a los legados que continúan moldeando las celebraciones contemporáneas.

Zuleydy Márquez / Noticias Barquisimeto