El Fiscal General de la República, Tarek William Saab, informó que fue designada la Fiscalía 87 Nacional para investigar y sancionar los graves daños ambientales ocasionados por las canchas de pádel inauguradas recientemente en la ciudad de Caracas, en la que se han visto afectadas aves y otras especies silvestres al impactar contra los vidrios de estas instalaciones, causando el lamentable fallecimiento de varias de estas aves.
El pasado 4 de diciembre una guacamaya herida fue rescatada por Polibaruta y entregada a un centro veterinario especialista en fauna silvestre, pero falleció a causa de múltiples fracturas de vértebras cervicales y cráneo.
La veterinaria Grecia Marquis, presidenta de la Fundación Plumas y Colas en Libertad,que ha atendido todos los casos ocurridos por esta situación puso en conocimiento de la situación tanto a Misión Nevado como al Ministerio Público del impacto ambiental que causan estas instalaciones cuando son erigidas en parques o áreas protegidas, como es el caso de la cancha de pádel que instalaron en el seno del parque Sorocaima, ubicado en el municipio Baruta.
“Esto es solo una muestra de la cantidad de animales que se estrellan, pero que nosotros no vemos o que la gente no reporta o que simplemente están muertos, y no los llevan a un centro asistencial veterinario”, dijo Marquis en un video posteado en su red social Instagram al mostrar las graves lesiones del ave.
Tras realizar la denuncia ante el Ministerio Público, la veterinaria presentó un proyecto a través del cual pueden evitarse tales daños ambientales, tras hacer un llamado a las autoridades municipales de hacer cumplir las normas y hacer análisis de impacto ambiental antes de permitir la construcción de estas edificaciones en parques y bosques de la ciudad, que solo benefician a un nicho pequeño, pues no se trata de un deporte masivo.
Impacto negativo de las canchas de pádel
Las instalaciones acristaladas suponen una doble amenaza para las especies voladoras: por un lado, la transparencia de la superficie provoca que las aves intenten volar a través de los cristales; y, por otro, el reflejo del paisaje, los árboles o las nubes distorsiona el camino de las aves, que lo confunden con una prolongación del hábitat. Las aves que huyen de los depredadores son incluso más proclives a chocar porque vuelan hacia la vegetación para protegerse.
En Europa, tras probar con pegatinas de siluetas de rapaces, que han resultado ineficaces, se ha optado por instalar vinilos diseñados para evitar que las aves colisionen contra los paneles de cristal.
Las canchas de pádel causan daños también por la contaminación lumínica al instalar faros de luces led que perturban la salud de toda la fauna silvestre de la zona -explica la médico veterinaria- ya que alteran sus ritmos biológicos circadianos que regulan su metabolismo, alterando sus ciclos de sueño, de vigilia, sus ciclos hormonales y desgastándolas por estrés.
Para ello, los expertos de las diversas federaciones internacionales de esta práctica deportiva le han recomendado colocar calcomanías en todos los vidrios a una altura de techo a piso de hasta 1,5 a 2 metros. Con ello las aves estarían alertas de la barrera que significa el vidrio y pueden desviar su curso.
Muchas de las nuevas canchas en la ciudad las han ubicado en terrazas de edificios, como la recién inaugurada en La Florida, en el techo del Farma Mara, altura que perjudica el vuelo de las aves del lugar.
La experta veterinaria también propone que se coloquen luces cálidas en lugar de luces blancas, cuyos faros deben tener viseras para evitar que la iluminación irradie a todo el espectro y la radiación de la luz se concentre solo en la cancha. También acota el proyecto que las luces se deben apagar en un horario estipulado, no dejarlas encendidas toda la noche.
“No solamente las guacamayas se impactan, existen muchas otras especies como búhos, lechuzas, que son nocturnas y se afectan porque las luces led de estas canchas permanecen prendidas toda la noche en la mayoría de los establecimientos”, explicó a Ultimas Noticias la doctora Marquis.
Asimismo, la experta plantea hacer cumplir la normativa para evitar la contaminación sonora, porque los animales que hacen vida en el bosque se estresan y en algunas ocasiones huyen despavoridos del lugar o el estruendo puede provocarles la muerte por infartos.
Información de: ÚN