Debate presidencial EEUU: Harris arrincona en un tenso debate a Trump y da nueva fuerza a su campaña

Los candidatos, empatados en las encuestas, se midieron sobre temas como la economía, la inmigración, el aborto y la política exterior cuando faltan 56 días para las elecciones.

El primer debate entre Kamala Harris y Donald Trump estuvo marcado por duros intercambios de golpes. La vicepresidenta y candidata demócrata arrinconó en varias ocasiones al expresidente y aspirante republicano, que se ha atrincherado y se ha mostrado cada vez más agresivo. El cara a cara, marcado también por los descalificaciones personales, fue una cita decisiva para convencer a los indecisos, el 8% del electorado. 

Desde el plató de ABC News en Filadelfia, sucedieron los ataques mutuos sobre la economía, la principal preocupación de los estadounidenses, la inmigración, la política exterior y el aborto. Harris logra dar un nuevo impulso a su campaña tras relevar a Joe Biden en la carrera hacia las elecciones del 5 de noviembre.

Trump: «Decidí salvar el Obamacare e hice lo correcto».

El acceso a la salud está entre las pocas coincidencias entre los candidatos. Donald Trump ha señalado que, por el momento, mantendrá el Obamacare, un popular seguro que brinda cobertura a decenas de millones y que los republicanos han tratado de eliminar desde hace varios años. «En mi presidencia me pregunté si lo salvaba o lo dejaba podrirse… Decidí salvarlo e hice lo correcto», dijo Trump, quien no descartó presentar un nuevo plan «que cueste menos y dé mejor servicio». De momento, este no existe. Trump afirma que en un «futuro cercano» podría presentarlo. 

Harris, en cambio, se comprometió a «mantener y reforzar» el Obamacare. La vicepresidenta también recordó que Trump y los legisladores republicanos intentaron 60 veces deshacerse de ese programa social. También aprovechó la ronda para recordar que la Administración Biden ha trabajado para bajar el precio de la insulina y una decena de medicamentos. «El acceso a la salud es un derecho, no un privilegio», puntualizó. 

Como último bloque y algo más corto que los demás, con un minuto por participante y sin posibilidad de réplica, los moderadores han sacado a relucir el tema del cambio climático, que importa sobre todo a los votantes jóvenes, fundamentales en esta elección. Harris ha tomado el turno de palabra explicando que efectivamente los jóvenes se preocupan de ello, y que se ha invertido un billón de dólares en la Administración de Biden en energías limpias y en medidas para mejorar el cambio climático, algo de lo que se siente orgullosa, así como en productos y manufacturas hechas en el país. 

Por su parte, Trump asegura que no es cierto, que se están importando productos de China y México, sobre todo automóviles. «Lo que han hecho con los negocios y las manufacturas en este país es horrible», afirma el expresidente. «Están vendiendo nuestro país y tirándolo por el desagüe», ha afirmado escandalizado.

Tras ello llegarán los últimos minutos tanto de Kamala Harris como de Donald Trump, donde expondrán sus conclusiones finales.

Trump: «No me importa si Harris es negra o no»

Al ser preguntado por qué había cuestionado la identidad racial de Harris, Trump indicó: “No me importa lo que es. No me puede importar menos. Lo que ella quiera ser está bien conmigo. Es su decisión”. Justificó sus ataques anteriores contra la identidad racial de la vicepresidenta simplemente diciendo “leí que no era negra”.

Por su parte, la candidata demócrata aseguró que “es una tragedia que un candidato use la raza para dividir el país”. Sin llamarlo directamente racista, Harris recordó que Trump abogó por la ejecución de los Central Park Five, los cinco niños negros y latinos falsamente acusados de violación a finales del siglo pasado (uno de ellos, exonerado, es ahora concejal de la ciudad de Nueva York).

Un Trump con pocas reacciones

Se pueden contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que Trump ha sonreído durante el debate. El republicano se ha mantenido casi todo el tiempo serio, a veces malencarado, y sin quitar casi nunca la mirada de los moderadores.

Trump se burló notoriamente cuando Harris acusó que a su rival de prometer un «baño de sangre» si perdía la elección de noviembre, una promesa del retorno de la violencia política. Trump la corrigió diciendo que estaba hablando de la economía y de los trabajadores estadounidenses. 

Trump evita contestar directamente la pregunta sobre la toma del Capitolio del 6 de enero

La siguiente pregunta sobre el intercambio de poderes en la democracia interpela muy directamente al expresidente Trump. “¿Hay algo de lo que se arrepienta del 6 de enero?”. Trump primero dice que él lo único que dijo fue que fueran “pacifica y patrióticamente”. Primero hablando en plural, antes de corregirse a sí mismo. “Nosotros no… Este grupo de personas ha sido tratado muy mal”. 

Enseguida entró en su ya conocido y múltiples veces repetido discurso sobre inmigración. Y el moderador lo interrumpe: “Es una pregunta muy sencilla. ¿Se arrepiente de algo del 6 de enero?”. 

De nuevo, Trump evadió la respuesta, comparando a los asistentes de la toma del Capitolio con los supuestos millones de migrantes criminales que están cometiendo crímenes en Estados Unidos y con los manifestantes de Minneapolis tras el asesinato de George Floyd. Después de una nueva insistencia del moderador, Trump pasa a culpar a Nancy Pelosi por no aceptar fuerzas federales que él supuestamente ofreció.

En su réplica, Kamala Harris, da una respuesta personal: “Yo estuve en el en Capitolio el 6 de enero. Y ese día el presidente de los Estados Unidos incitó a una turba violenta para desacralizar la capital de nuestra nación. Ese día 140 agentes de seguridad del Estado fueron heridos y algunos murieron. Y el expresidente ha sido imputado y juzgado precisamente por esa razón”. Siguió recordando la marcha de extrema derecha de Charlotsville de 2017 y los comentarios hechos por Trump en aquel momento.

Finalmente, después de una ida y venidas de réplicas repetitivas, Trump invitó a Kamala Harris a irse a Washington en ese mismo momento para firmar una ley que cierre la frontera completamente.

¿Cómo será la deportación masiva?

El moderador David Muir pregunta a Trump cómo será la operación masiva de inmigrantes que ha prometido en campaña, de alrededor de 11 millones de personas. El candidato republicano evitó detallar «el mayor operativo de la historia», pero repitió algunas de las falsedades que ha repetido en público. 

Entre estas, que la política migratoria de Biden y Harris han dejado entrar a criminales de países sudamericanos, lo que ha provocado la disminución de crímenes en naciones como Venezuela. «(Los demócratas) han destruido el tejido social de nuestro país, millones de personas han llegado y en el resto del mundo el crimen ha bajado… aquí se ha disparado», aseguró. En realidad, los delitos violentos han ido a la baja. 

Kamala Harris criticó a Trump por recurrir a políticas racistas.»Hay que pasar la página en esta retórica y atender lo que realmente le interesa a la gente… La gente ya está cansada», le dijo. 

La pregunta sobre la inmigración desata los ataques personales

Al llegar la pregunta sobre la inmigración, tanto Harris como Trump se han lanzado al ataque. La vicepresidenta dedicó la mayoría del tiempo de su respuesta a hablar sobre los mitines de Trump. “Los invito a que asistan a algún rally de Trump porque es un evento interesante”, dijo. La demócrata continuó burlándose de los tamaños de los eventos del expresidente, insistiendo en que muchos de los asistentes deciden irse temprano porque están “aburridos”. A Trump no le ha hecho ninguna gracia y la acusó de traer personas en buses a sus mitines. 

Sobre la cuestión de la inmigración, Harris no respondió directamente si apoya las restricciones al asilo que el presidente Joe Biden implementó en junio. Lo que sí dijo que apoya es el acuerdo bipartidista sobre inmigración y seguridad en la frontera que el Partido Republicano tumbó en febrero bajo la directriz de Trump. “¿Quieres saber qué paso con ese proyecto de ley? Donald Trump cogió el teléfono y acabo con él”, dijo Harris.

Trump, por su parte, continuó alimentando el bulo, completamente infundado, de que los inmigrantes en Ohio se están comiendo las mascotas de los habitantes de la localidad de Springfield. “Las personas entrando en nuestro país se están comiendo los perros, los gatos, las mascotas que viven allí. Eso está pasando en nuestro país, es una vergüenza”, aseguró sin ninguna prueba.