La flor de jamaica pertenece a la familia Malvaceae, y es una planta arbustiva (Hibiscus sabdariffa) originaria de África tropical (desde Egipto y Sudán hasta Senegal), aunque sus propiedades medicinales han hecho que se cultive en otros lugares del mundo como el sur de China y, en séptimo lugar, en México. En este país, las variedades más cultivadas de la flor de jamaica son la criolla, la china, jersey y sudán.
Puedes cocinar la flor de jamaica asada con cebolla y un chorrito de vinagre. También la puedes utilizar para tacos, ensaladas o toppings de tostadas. El agua de jamaica es también una buena opción para beber con las comidas, diariamente, y así eliminar el agua de fruta, refrescos u otros líquidos que pueden contener grandes cantidades de azúcar.
La flor de jamaica también es rica en hierro y calcio, dos minerales esenciales para la salud, especialmente durante la infancia, adolescencia y la edad reproductiva. Por su naturaleza, es fuente de fibra, lo que genera una mejora en una salud digestiva y cardiovascular, al promover los bajos índices de colesterol y azúcar en la sangre.
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El hibiscus o la flor de jamaica es una fuente natural de AHA (Alfa Hidroxiácidos), la cual ayuda a reducir la hiperpigmentación, a aumentar la claridad de la piel y a darle un aspecto más lozano. Cuando se aplica tópicamente, los AHA eliminan las células muertas de la piel y, por ende, estimulan la renovación de las células.
Alfredo Tona / Con información de Vogue
