El gobierno de Estados Unidos reconoció en la tarde de este jueves al opositor Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela.
“Está claro para Estados Unidos y, más importante aún, para el pueblo venezolano que González Urrutia obtuvo la mayor cantidad de votos en las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio”, señaló en un comunicado de prensa el secretario de Estado Antony Blinken.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela anunció como ganador de la contienda presidencial al actual mandatario Nicolás Maduro pasada la medianoche del domingo, con un 51,2% de los votos frente al 44,2% de González, con un 80% de los colegios de votación escrutados.
Sin embargo, la oposición reclama que hubo fraude en los comicios y que tiene pruebas de la victoria de González Urrutia.
«La rápida declaración por parte del CNE de que Nicolás Maduro era el ganador de las elecciones presidenciales se produjo sin pruebas que lo respaldaran. El CNE aún no ha publicado datos desglosados ni ninguna de las actas de escrutinio, a pesar de los repetidos llamados de los venezolanos y la comunidad internacional para que lo haga», prosigue el comunicado de EE.UU.
También hace referencia al informe publicado la noche del martes por el Centro Carter, una reconocida organización que participó entre los observadores de las elecciones, en el que afirmó que los comicios no se ajustaron a los «parámetros y estándares internacionales para procesos electorales».
«Como informó la misión de observación independiente del Centro Carter, el hecho de que el CNE no haya proporcionado los resultados oficiales a nivel de distrito, así como las irregularidades a lo largo del proceso, han despojado de cualquier credibilidad al resultado anunciado por el CNE», zanja el comunicado de EE.UU.
Por su parte, el presidente Maduro condenó esta misma noche la comunicación del gobierno estadounidense en una transmisión en vivo.
«EE.UU. debe sacar las narices de Venezuela porque el pueblo soberano es el que manda», comentó.
Maduro argumenta que la opisición impulsa un golpe de Estado en su contra.
En su alocución de este jueves, reiteró que buscará que el Tribunal Supremo de Venezuela «aclare» la controvertida elección, por lo que se presentará este viernes a una audiencia que el foro judicial celebrará sobre la contienda del domingo a la que están citados todos los candidatos presidenciales.
Esfuerzo diplomático
El comunicado llega apenas dos horas después de que Maduro dijera estar dispuesto a «retomar el diálogo» con las autoridades estadounidenses, con base en lo conversado en Qatar el año pasado por las delegaciones de ambos países, sin relaciones diplomáticas desde 2019.
“Si el gobierno de los EE.UU. está dispuesto a respetar la soberanía y dejar de amenazar a Venezuela, podemos retomar el diálogo, pero con base en un punto único, el ‘cumplimiento de Qatar’. Esta es el acta de aquella negociación”, dijo el jefe de Estado en la red social X, donde compartió un documento con los puntos discutidos en Doha.
Según el texto –que no tiene la firma de ningún representante estadounidense en la negociación–, Washington “desbloquea los activos del Gobierno venezolano actualmente congelados” luego de las presidenciales en el país caribeño, celebradas el pasado domingo, y de la toma de posesión del mandatario electo, prevista para el 10 de enero de 2025.
Todo esto ocurre en medio de un esfuerzo diplomático para persuadir a Maduro de que muestre las actas y que permita una verificación independiente de las mismas, y poco después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, conversara con sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, para abordar la crisis en Venezuela.
Los tres coincidieron en la necesidad de una “verificación imparcial” de las actas.
Lula ocupa un rol cada vez más protagónico en la cuestión, después de que Brasil asumiese en la mañana de este jueves la custodia de la Embajada argentina en Caracas y la protección de los seis opositores venezolanos asilados en ella desde hace seis meses, tras la retirada de los diplomáticos argentinos ordenada por Maduro.
Mientras tanto, el CNE está por responder a la petición de los mediadores.
Y muchos vaticinan que se podría terminar en una puja de versiones, una «guerra de actas», ante el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo.
Maduro, quien alega que la coalición opositora impulsa un «golpe de Estado» en su contra, acudió este miércoles a dicho foro judicial para «aclarar» lo sucedido el domingo.
«Firme al lado del pueblo»
«Sigo firme al lado del pueblo. ¡Nunca los dejaré solos, y voy a defender siempre su voluntad!», escribió por su parte González Urrutia en la red social X, coincidiendo con la publicación del comunicado de Blinken.
Mientras, la líder de la oposición, María Corina Machado, también se lanzó a las redes para llamar a una manifestación este sábado 3 de agosto, mientras el chavismo convocó una movilización paralela.
Lo hizo poco después de publicar una columna en el diario The Wall Street Journal, en el que Machado afirma que, cuatro días después de los comicios, y tras una serie de amenazas por parte del gobierno, teme ser arrestada.
«Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas de la dictadura liderada por Nicolás Maduro”, comienza diciendo en el texto en inglés.
Machado se proyectaba como posible candidata presidencial por la Plataforma Unitaria Democrática, la principal coalición opositora venezolana, pero fue inhabilitada por el Tribunal Supremo de ese país, controlado por el oficialismo.
Los días posteriores a la cuestionada proclamación de Maduro han sido convulsos con masivas protestas callejeras, en ocasiones violentas, derribo de estatuas de Hugo Chávez y una intensa represión por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas.
Los enfrentamientos han causado al menos 11 muertos, centenares de heridos y el gobierno anunció que ha capturado a más de 1.200 personas.
Información de: BBC