Santoral católica: San Alfonso María de Ligorio, mostró una inclinación notable hacia la vida espiritual y el estudio

San Alfonso María de Ligorio nació el 27 de septiembre de 1696 en Marianella, un suburbio de Nápoles, Italia. Desde joven, mostró una inclinación notable hacia la vida espiritual y el estudio. Inicialmente, Alfonso estudió derecho en la Universidad de Nápoles y comenzó una prometedora carrera como abogado. Sin embargo, sintiendo un llamado más profundo hacia la vida religiosa, abandonó el derecho para ingresar al seminario. Fue ordenado sacerdote en 1726.

En 1732, San Alfonso fundó la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas), con el objetivo de llevar el Evangelio a los pobres y desatendidos. Esta nueva orden se enfocó en la predicación y el cuidado pastoral, especialmente en regiones rurales y en áreas necesitadas. San Alfonso también fue conocido por su trabajo en la teología moral, con su obra más destacada, «Teología Moral», que tuvo una influencia significativa en la enseñanza de la moral cristiana. Su enfoque pastoral y su dedicación a la formación de sacerdotes se destacaron durante su tiempo.

Exilio y Muerte

La vida de San Alfonso no estuvo exenta de dificultades. En 1775, debido a problemas de salud y la presión de sus deberes como obispo en la diócesis de Sant’Agata dei Goti, Alfonso decidió renunciar a su puesto. Pasó sus últimos años en oración y reflexión en la casa de retiro de los Redentoristas. A pesar de sus problemas de salud, continuó dedicándose a la vida espiritual y a la formación de sus compañeros religiosos.

San Alfonso María de Ligorio falleció el 1 de agosto de 1787. Su muerte fue un momento de gran tristeza para sus seguidores, quienes reconocieron la profundidad de su vida de oración y su compromiso con la renovación espiritual. La fama de su santidad y su dedicación al servicio de Dios y de la Iglesia permanecieron como un legado perdurable.

Canonización y Legado

San Alfonso María de Ligorio fue beatificado en 1816 por el Papa Pío VII y canonizado en 1839 por el Papa Gregorio XVI. En 1871, el Papa Pío IX lo declaró Doctor de la Iglesia, reconociendo la profundidad y la influencia de sus contribuciones teológicas y espirituales.

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El legado de San Alfonso sigue vivo a través de la Congregación del Santísimo Redentor, que continúa su misión de predicar el Evangelio y servir a los pobres. Sus escritos, particularmente su «Teología Moral», siguen siendo influyentes en la formación teológica y pastoral. Su vida de piedad, humildad y dedicación al servicio de los más necesitados sigue siendo un modelo inspirador para sacerdotes y laicos por igual.

La festividad de San Alfonso María de Ligorio se celebra el 1 de agosto. Su ejemplo de santidad y su legado teológico y pastoral continúan influyendo en la vida de la Iglesia y en la formación espiritual de los fieles. Su vida y obra han dejado una marca duradera en la historia de la Iglesia Católica y en la labor de la Congregación del Santísimo Redentor.

Zuleydy Márquez con información de El Vaticano.com