Para minimizar las emociones generadas por el estrés electoral en Venezuela, es importante implementar estrategias de manejo emocional y autocuidado. El estrés electoral es una respuesta natural ante un evento de gran importancia en la vida de un país, sobre todo cuando se elige al Presidente de la República en una campaña que ha sido de las más intensas.
Estamos frente a un contexto muy particular, no solo por el debate político entre los diez aspirantes a la silla de Miraflores, sino que se suma la inestabilidad general que nos lleva a estar alertas continuamente como respuesta natural del cuerpo. Desde el inicio de esta batalla a principios del 2024, se comenzó a sentir con mayor intensidad la incertidumbre, ansiedad, parálisis y miedo ante los resultados y sus posibles consecuencias económicas.
En el período previo y durante unas elecciones presidenciales, las cuales se cumplirán este domingo 28 de julio, es común observar un aumento significativo en los niveles de estrés entre la población venezolana, incluyendo a los que viven en el exterior, pero es algo que no podemos controlar en este contexto. Este estrés electoral, influenciado por una combinación de incertidumbre política y emociones exacerbadas, presenta una serie de características distintivas.
Facetas más notables del estrés
1. Incertidumbre y preocupación constante
Una de las características centrales del estrés electoral es la incertidumbre que aumenta en la medida que acerca la hora en que el el CNE anuncie los resultados definitivos. Los ciudadanos se ven inmersos en una sensación de inseguridad acerca del resultado de las elecciones y sus potenciales repercusiones en la sociedad y sus propias vidas. Esta incertidumbre puede desencadenar una preocupación constante sobre el futuro político del país.
2. Aumento de la tensión emocional
El estrés electoral se manifiesta a menudo como una elevación de la tensión emocional en la población. Los venezolanos pueden experimentar un incremento en la ansiedad y la agitación emocional, resultado de la anticipación y la importancia que otorgan a los eventos políticos.
3. Sensibilidad política exacerbada
Durante este período, los ciudadanos muestran una mayor sensibilidad hacia los temas políticos. Las discusiones y debates políticos pueden tornarse más acalorados, y las diferencias de opinión pueden generar un mayor nivel de polarización en la sociedad.
4. Consumo intensivo de información
La búsqueda constante de información es otra característica distintiva del estrés electoral. Las personas se sumergen en la cobertura de noticias, siguiendo de cerca encuestas y otros eventos políticos relevantes. Este afán por mantenerse informado puede ser una forma de lidiar con la incertidumbre.
5. Debates y conversaciones intensificados
Las interacciones sociales en cada comunidad a lo largo y ancho de Venezuela, se ven marcadas por debates políticos más intensos y frecuentes. Las diferencias de opinión pueden dar lugar a confrontaciones y tensiones en el entorno social y familiar.
6. Expectativas y esperanzas definidas
Cada individuo puede tener expectativas y esperanzas concretas en relación con los resultados de las elecciones y las políticas que desean ver implementadas. Estas expectativas pueden generar una sensación de urgencia y significado en torno al evento electoral.
7. Impacto en la salud mental
Para algunas personas, el estrés electoral puede tener implicaciones en su bienestar emocional y mental. Los síntomas de ansiedad pueden emerger, y la carga emocional puede llegar a ser abrumadora. Es esencial reconocer estos signos y buscar apoyo si el estrés se vuelve inmanejable.
El estrés electoral es una respuesta natural ante un evento de gran importancia en la vida de un país, sobre todo en Venezuela donde este domingo 28 de julio el pueblo a través del voto decide su futuro, eligiendo el próximo presidente para el periodo 2025-2030. Reconociendo estas características, tanto a nivel individual como a nivel social, podemos trabajar para encontrar formas saludables de afrontar y gestionar este estrés, y así contribuir a un proceso electoral más equilibrado y participativo.
NB
